Las mujeres adolescentes son las más involucradas. Desde el Juzgado de Menores admiten que falta una mayor estructura para atender los casos más graves. La mayoría se resuelve a la brevedad
Según datos proporcionados por el Juzgado de Menores de Río Cuarto, cada dos días desaparece un niño o adolescente de su hogar aunque hay semanas en las que se registra un promedio de hasta un caso por día.
Los hechos se resuelven, en su mayoría, a las pocas horas de efectuarse la denuncia por parte de los padres.
Son las mujeres, de entre 15 y 19 años, quienes ocupan el más alto porcentaje en los índices oficiales por la fuga del entorno familiar. Las causas pueden ser múltiples, pero predominan el maltrato, la no aceptación de límites y la negación por parte de los progenitores a admitir un noviazgo de la menor.
Las denuncias no siempre se producen de forma inmediata al momento en que se advierte la falta del menor. Algunas se receptan varios días después del hecho porque los padres creen conocer las causas y hasta los posibles lugares donde se encontraría su hijo.
Una vez efectuadas las presentaciones, el Juzgado da participación a la División Juveniles de la Unidad Departamental y se inicia una búsqueda de paradero a través de los medios de comunicación.
Además, los funcionarios judiciales notifican los datos que caracterizan al menor y su fotografía a organismos nacionales e instituciones relacionadas al flagelo, como Missing Childrens.
Cuando se sospecha sobre la presencia de un hecho delictivo vinculado a la ausencia de los chicos, o existen severas dificultades para su hallazgo, se da intervención al fiscal de turno.
Actualmente, existe una desesperada búsqueda por Nicolás Sabena –que ya cumplió la mayoría de edad–, quien desapareció de su hogar hace varias semanas y aún no hay datos certeros sobre su paradero. Hasta se especuló con un presunto secuestro pero la versión fue desestimada por el fiscal Walter Guzmán, a cargo de la investigación.
El juez de Menores, doctor José Varela Geuna, destacó en diálogo con PUNTAL que “generalmente el origen de las fugas son discusiones con los padres o relaciones sentimentales no aceptadas”.
Droga
Las adicciones también pueden actuar como un detonante para la voluntad de escapar por parte de los jóvenes.
“Encontramos situaciones de caprichos adolescentes, maltratos físicos o psicológicos. Algunos casos pueden resultar graves, aunque son minoritarios. La decisión de irse de sus casas puede estar ligado a un efecto contagio por la actitud de sus pares o puede entenderse como una expresión del adolescente de hoy. Han cambiado notablemente en los últimos años los factores de convivencia, los valores y el sentido del respeto”, consideró.
Los casos que se judicializan pertenecen a los sectores medios y bajos. La problemática se extiende a todos los núcleos sociales pero, en las clases medias altas y altas, se evita el contacto con la Justicia.
Varela Geuna admitió que las dramáticas pérdidas de los primitos Noriega, Lorena, María Laura Mansilla, Micaela Ávila o Alejandro Flores provocó una especial sensibilidad en los riocuartenses ante la desaparición de un niño.
Sin embargo, los padres que padecieron la falta de sus hijos en la ciudad y en otros lugares del país advirtieron sobre la falta de recursos del Estado para colaborar en la búsqueda cuando la situación se extiende por meses y años.
El funcionario judicial coincidió en que “el Estado no está preparado para la magnitud que tiene el problema a nivel nacional”.
“Hay muchos esfuerzos individuales pero falta una mayor estructura institucional para afrontar el conflicto. Hoy la tecnología permite nacionalizar inmediatamente la búsqueda pero se necesitan mayores recursos para hacerla más efectiva”, subrayó.
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