3º aniversario del fallecimiento de Juan Pablo II, el mejor papa de la historia

. miércoles, 2 de abril de 2008
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Los católicos de todo el mundo recuerdan hoy el tercer aniversario de la muerte del Papa Juan Pablo II y funcionarios del Vaticano dijeron que estaban recibiendo un flujo constante de peticiones de los fieles convencidos de que era un santo.

Benedicto XVI, su sucesor, presidió una misa solemne ante decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro, desde el mismo punto donde tres años atrás se colocó el sencillo ataúd de madera en el que se despidió a Juan Pablo.

"Durante muchos días, el Vaticano y la basílica de esta misma plaza constituyeron realmente el corazón del mundo", dijo
Benedicto en su sermón mientras miembros de la multitud ondeaban banderas del Papa polaco y pancartas con su imagen.

Benedicto no mencionó la palabra "santo" en su sermón, pero dijo que Juan Pablo tenía "muchas cualidades humanas y
sobrenaturales", y que fue un místico dotado de excepcional sensibilidad espiritual.

Benedicto XVI explicó en su homilía, ante 40.000 personas, que Karol Wojtyla "contaba con una excepcional sensibilidad espiritual y mística", que "bastaba observarlo mientras rezaba", cuando "se sumergía literalmente en Dios y parecía que todo lo demás en ese momento no existía".

Recordó además que Juan Pablo II "nutría una fe extraordinaria" en Dios y con "Él mantenía una conversación intima, particular e ininterrumpida".

Su nombre de nacimiento era Karol Józef Wojtyła [ˈkaɾɔl ˈjuzεf vɔi̯ˈtɨwa]. Fue el primer Papa no italiano desde Adriano VI en 1522.

El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de apenas 33 días, y el 16 de octubre de 1978, tras dos días de deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro, adoptando el nombre de Juan Pablo II, y convirtiéndose, con 58 años, en el Papa más joven del siglo y en el primero no italiano desde el flamenco Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.

El 25 de enero de 1979 comenzó el primero de sus 104 viajes fuera de Italia, a México y la República Dominicana. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en Francia.

Su pontificado de 26 años ha sido el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, después del de San Pedro (se cree que entre 34 y 37 años) y el de Pío IX (31 años).

El 13 de mayo de 1981, cuando estaba saludando a los fieles en la Plaza de San Pedro, sufrió un atentado perpetrado por Mehmet Ali Ağca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. El atentado estuvo a punto de costarle la vida; permaneció en el hospital, al que tuvo que retornar por una infección postoperatoria. Respecto del atentado, en referencia al 13 de mayo en que se perpetró, día de la primera aparición de la Virgen María en Fátima, empezó a comentar algunos días más tarde: "Una mano disparó y otra guió la trayectoria de la bala", refiriéndose a la virgen María, de la cual era muy ferviente.[1] En la visita que el Papa hizo en diciembre de 1983 a Agca, lo perdonó públicamente.[2]

Su estado de salud empeoró en los primeros meses de 2005, cuando tuvo que ser hospitalizado en el Hospital Gemelli (Roma)[3] debido a un síndrome de dificultad respiratoria. Aunque se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo, hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias. Falleció el día 2 de abril a las 21.37 horas (hora del Vaticano),[4] siendo Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) su sucesor.

Al ser anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación en el Vaticano se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así permanecieron.

Su muerte se produjo a las 21:37 hora de Italia del 2 de abril de 2005 debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de parkinson. Tenía casi 85 años. En su agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía:

"Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. A la Virgen confío todo felizmente". Aunque el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls afirmó inicialmente que el pontífice, en sus últimos momentos, dedicó unas palabras a la multitud, sobre todo gente joven, reunida en la Plaza de San Pedro (Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme, les doy las gracias), haciendo el gesto de la bendición hacia la ventana de sus aposentos, hacia los fieles apostados en la Plaza de San Pedro, el médico que certificó la muerte ha señalado que el Papa permaneció inconsciente durante los últimos cincuenta minutos de su vida y que murió sin pronunciar una sola palabra.

Los funerales por el Papa manifestaron el alto aprecio que sentían por Juan Pablo II no sólo mandatarios de muchos países,[22] sino también gente de toda condición. Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el saludo entre los mandatarios de Irán y Siria e Israel.[23] De aquellos días comentó Benedicto XVI poco después del conclave que resultó en su elección: "La muerte del Santo Padre Juan Pablo II y los días sucesivos han sido para la Iglesia y para el mundo entero un tiempo extraordinario de gracia. El gran dolor por su fallecimiento y la sensación de vacío que ha dejado en todos se han mitigado gracias a la acción de Cristo resucitado, que se ha manifestado durante muchos días en la multitudinaria oleada de fe, de amor y de solidaridad espiritual que culminó en sus exequias solemnes. Podemos decir que el funeral de Juan Pablo II fue una experiencia realmente extraordinaria, en la que, de alguna manera, se percibió el poder de Dios".[24]

El 2 de abril de 2006, primer aniversario de su muerte, el Papa Benedicto XVI dirigió unas palabras en el momento exacto de la muerte de su predecesor (21:37 hora de Roma) y al día siguiente ofició una misa en la Plaza de San Pedro.

Emocionante video-homenaje sobre la vida de Juan Pablo II, narrada por él en apenas 5 minutos.




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